Nuestro día a día esta escoltado de infinitos sonidos, ritmos y melodías de los cuales no somos conscientes la mayor parte del tiempo y que de una u otra manera se reflejan en nuestras emociones, nuestro cuerpo o nuestro estado de ánimo.
La pureza y virtud que posee la música ha permitido a mis sentimientos, a mi movimiento y a mi creatividad brotar a la superficie para seguirme descubriendo, es por ello que creo firmemente en la sanación a través de ella. Mi contacto con la musicoterapia ha traído nuevos conceptos y percepciones que me permiten fluir de una manera más empática y sorpresiva, además de que gozo de ser acompañada por una sensibilidad exquisita la cual he ido cosechando y reforzando durante este tiempo. Para mí, la musicoterapia además de ser una herramienta psicoterapéutica, es una posibilidad de relación y comunicación conmigo, con el otro u otros. Durante mi experiencia en el diplomado de musicoterapia para niños he logrado hacer un contacto profundo con mi niña interior, con las vivencias de aquellos años que hoy forman parte de mi historia psico-emocional, corporal y social y que como primer objetivo se encuentra el darme cuenta, aceptar y/o trabajar sobre mis dimensiones para posteriormente empatizar con los demás y el entorno. De allí la importancia de conocer y brindar herramientas para el proceso del niño en cada etapa de su crecimiento según sus necesidades, dónde no solo la música juega el papel principal, también es acompañada por actividades arte-terapéuticas y de expresión corporal de manera que tenga un impacto que estimule su creatividad y favorezca diversas áreas de su desarrollo emocional, motriz, espiritual y psicosocial. A lo largo de este entrenamiento, además de contar con una amplia gama de teorías sobre el desarrollo del niño, he fortalecido técnicas y sobre todo sensibilidad para identificar necesidades y/o factores de prevención o riesgo en el que se pueda encontrar la persona o el grupo y así ofrecer una mejor intervención que ayude a incrementar su potencial. Ha sido un proceso sublime en el cual he reforzado mis habilidades tanto profesionales como personales, dónde en conjunto con mis compañeras y facilitadoras hemos fomentado un ambiente lúdico de confianza, respeto, empatía, participación y dónde se han desencadenado olas de creatividad y libertad expresiva. Además de caminar con el apoyo y contención de los facilitadores así como el respaldo, un ambiente cálido y oportunidades que brinda el instituto. Crystal Hurtado Jiménez. (Psicóloga Social y estudiante del Diplomado en Musicoterapia para Niños en el IMMH)
3 Comentarios
La gran mayoría de nosotros la hemos padecido sin saberlo.
La depresión es la forma más común de sufrimiento. Podemos compararla con una gripa que se extiende por meses, a la que muchas veces nos adaptamos y nos parece algo “normal”. Hay gripas en las que sólo sentimos el cuerpo cortado, otras en las que tenemos escurrimiento nasal, y también otras en las que nuestra vida corre peligro. Como todo, aceptarlo suele ser el primer paso. La depresión puede ser clara o encubierta. Típicamente escuchamos que alguien está deprimido por que lo vemos triste o decaído. Pero muchas otras veces hay quien se encuentra deprimido, y en la superficie sólo lo vemos irritable o molesto. La depresión tiene que ver con nuestro sentido de vida, sin embargo, esto no solo se resuelve desde nuestra cabeza. Nuestro cuerpo necesita renovar toda su energía. A diferencia de la gripa, el cuerpo puede llegar a hacer las cosas por si solo y sanarse. En el caso de la depresión, se necesita mucho más: valor. ¿Has perdido algo últimamente? Puede ser un ser querido, una relación, un sueño, etc. ¿Se te dificulta ponerte en movimiento en tu vida? ¿Te diriges con facilidad hacia lo que quieres? ¿Tu actitud en general es pesimista? No necesitas estar triste para estar deprimido. Puedes estar simplemente enojado(a). Las emociones pueden rescatar nuestra energía y dirección hacia lo que queremos. Pero primero hay que verlas, aceptarlas y finalmente, liberarlas. Cuando desbloqueamos nuestras emociones y aprendemos a canalizarlas de forma constructiva, es posible salir de esa fantasía llamada depresión. Y digo fantasía, porque la depresión no es la realidad, es solo una forma de reaccionar. La psicoterapia con música ha demostrado ser una excelente forma de aprender a liberar esta energía emocional y de identificar hábitos que aprendimos de nuestro entorno que nos hacen caer en la trampa. El problema es que no todos se acercan, precisamente porque en la depresión, hay poca energía para optar por uno mismo. Sin embargo, toda transformación empieza por un paso. No hay que esperar a tocar fondo. |
AuthorINSTITUTO MEXICANO DE MUSICOTERAPIA HUMANISTA Archives
Mayo 2016
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