Existen 3 heridas fundamentales: la herida del abandono, la herida del shock y la herida de la vergüenza. A partir de estas se van desarrollando otras, pero estas son las principales. En cada una de ellas, hay conductas, sentimientos y formas de reaccionar.
El abandono es un sentimiento universal. Se da de forma natural al nacer, ya que somos expulsados hacia la vida y al mismo tiempo abandonados por mamá. Nuestros padres, desde sus propios recursos, nos dan lo mejor que tienen, aunque a veces lo mejor que tienen no es lo mejor para nosotros. Muchas veces nuestros padres, maestros, hermanos, etc. tienen ideas de lo que sería mejor para nosotros. El niño ante las expectativas, generalmente se somete para ser querido y deja de ser el mismo. Nosotros desde niños, también fuimos abandonando lo que realmente somos. El abandono es en gran parte hacer a un lado nuestra esencia. Las heridas nos las llevamos a la vida adulta. Cuando no hemos identificado estas heridas, ponemos nuestra atención a todo aquello que se asemeje a ellas. De esta forma, vamos recreando en la vida cotidiana, todas aquellas situaciones que nos lastimaron. El ciclo puede no tener fin. Cuando no podemos amarnos, buscamos formas de protección, como las adicciones. Adicciones al trabajo, al poder, al reconocimiento, codependencia, sustancias, etc. Y ahí es en donde nos perdemos. No sabemos como amarnos, porque estamos buscando afuera lo que nos falta. El camino está en aprender a estar con nosotros mismos. Las heridas hay que reconocerlas. Ninguna herida está afuera. Hay que aprender a reconocerlas tanto en la infancia como en el presente. Cuando soy capaz de reconocer, acompañar y contener mis heridas, empiezo a tener bienestar. No venimos a esta existencia a cambiar. La gente cree que ir a terapia es cambiar quienes somos. No necesitamos cambiar. Necesitamos ser más nosotros mismos. Aunque no les guste a nuestros padres, parejas o jefes, somos lo que somos, y a eso venimos. Venimos a esta existencia a trabajar nuestras heridas; es así como nos volvemos más conscientes, más espirituales y más plenos. No dejes que tu niño herido sea quien tome la rienda emocional de tu vida.
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La Musicoterapia tiene varios estilos y entre ellos está el Modelo de Musicoterapia Humanista creado por el Dr. Víctor Muñoz Pólit, en 1983. Se ha difundido principalmente a través del Instituto Mexicano de Musicoterapia Humanista, reconocido por la WFMT (World Federation of Music Therapy). La Musicoterapia Humanista, es la integración de la psicoterapia y la música. Está sustentado en el enfoque Humanista, la Gestalt y en el modelo Core Energetics de John Pierrakos. •En la musicoterapia humanista sabemos que las mejores respuestas están adentro de la persona, y no como en otros modelos en donde las soluciones están en el terapeuta o las técnicas que se apliquen. El rol del terapeuta es facilitar y guiar, y no dirigir o ponerse por encima de la persona. •En la musicoterapia humanista se trabaja con la música, acompañándola de movimiento con el cuerpo, respiración, expresión dramática, etc. Esto permite expresar lo que generalmente resulta complicado a través de las palabras o ideas. •En la musicoterapia humanista se impulsa a que la persona aprenda de sus propias experiencias, llegando a niveles muy profundos que otras corrientes y técnicas no pueden. •Las principales actitudes que fomenta nuestro modelo son la empatía, la congruencia, responsabilidad, conciencia y aceptación incondicional. •La Musicoterapia Humanista tiende hacia la espiritualidad, ya que impulsa a través de sus procesos de crecimiento el que la persona reconozca su esencia. El trabajo en nuestro modelo permite atravesar una capa de creencias, introyectos y condicionamientos, que muchas veces bloquean nuestra verdadera esencia y nuestra búsqueda de sentido en la vida.. La principal ventaja de utilizar Musicoterapia, es que nuestras defensas no se disparan ante el efecto sutil y profundo de la música. La ventaja del Modelo de Musicoterapia Humanista, es que además integra el ámbito emocional y corporal, llegando a nivel consciente e inconsciente. Tenemos una concepción humanista. Esto significa que nuestro enfoque: •No se centra en los problemas, sino en los recursos de la persona. •No es directivo; la prioridad es que la persona aprenda y descubra por sí misma las respuestas que ya viven adentro de sí misma. La inteligencia emocional, desde la Musicoterapia Humanista. - No hay emociones “positivas” o “negativas”. Lo negativo o positivo, está en lo qué hacemos con ellas. - Inteligencia emocional no es controlar nuestras emociones, es saber manejarlas y expresarlas de formas constructivas. - Controlar nuestras emociones nos genera tensiones psíquicas y físicas, además de que perdemos una gran fuente de información sobre quienes somos y qué queremos en la vida. Hay que expresarlas y liberarlas energéticamente, de forma constructiva. -Expresar nuestras emociones de forma constructiva, impacta positivamente nuestro sistema inmunológico, mejorando la salud. Por otro lado, nos ayuda a reconocer quiénes somos, a valorar lo que somos (autoestima) y a evitar conductas autodestructivas y patrones adictivos. La música llega a donde la mente y las palabras no pueden.
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AuthorINSTITUTO MEXICANO DE MUSICOTERAPIA HUMANISTA Archives
Octubre 2023
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